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El estomago, nuestra fabrica de salud.


Cansancio, debilidad en los músculos, caídas de órganos (prolapsos), digestiones lentas o pesadas, reglas abundantes, hemorroides, exceso de grasas, colesterol, pérdida de memoria, obsesiones y confusión mental, son algunas señales de un mal funcionamiento del Estómago y el Bazo.

La energía del Estómago es el alimento de la vida en sí mismo; si el Estómago es fuerte el individuo tendrá buena salud, pero si el Estómago es débil el individuo no tendrá buena salud. (Zhang Jie Bin).


El Estómago junto con el Bazo se encarga de procesar los alimentos y los líquidos para extraer su esencia y producir la sangre y la energía necesarias para la vida. Estos órganos forman “la Raíz del Qi del Cielo Posterior, es decir la energía y la materia de la que estamos hechos después del nacimiento.


El Estómago elabora la primera forma de energía que adquirimos, iniciando la transformación del alimento sólido, preparándolo para la fase de asimilación y nutrición. Las alteraciones del sistema digestivo afectan de manera importante a los demás sistemas y a su vez cualquier alteración en otro sistema puede afectar al digestivo, como por ejemplo en el caso del Hígado por estrés.


En el estómago no sólo digerimos los alimentos que nos da la Tierra, también digerimos nuestras situaciones de la vida. Nuestro mundo emocional pasa de manera muy directa a través del estómago; dentro del sistema digestivo se producen la mayor parte de las endorfinas y recibe una inervación muy importante del sistema parasimpático, por ello cualquier alteración de tipo emocional, como las preocupaciones, la inquietud o las prisas, le afectan negativamente.


Para comprender mejor la importancia del buen funcionamiento del estómago como la fábrica de la salud, es necesario conocer cómo se elaboran las energías a partir de los alimentos.


EL ESTÓMAGO ES LA FÁBRICA DE LA SALUD:

El Estómago transforma los alimentos, produciendo la primera esencia energética (esencia de los alimentos) y la primera esencia física (quimo). Esta función la reconoce la Medicina China, como “separar lo claro de lo turbio”; lo turbio (el quimo), desciende hacia el Intestino Delgado, donde continuará en sucesivos procesos de transformación hasta convertirse en sangre, agua madre y Energía Defensiva (Wei). Esta energía circulará en nuestro cuerpo formando la barrera defensiva externa y el sistema inmunológico. Nuestra energía defensiva, depende en primera instancia del Estómago.


EL BAZO DISTRIBUYE LA ENERGÍA:

La esencia extraída de los alimentos sigue un camino ascendente impulsada por el Bazo hacia el Pulmón, donde al unirse con la respiración va a producir la Energía Nutricia que circula en los doce meridianos principales y la Energía Torácica que hace latir al corazón para impulsar la sangre.


De esta manera, el Estómago aporta nutrientes y energía al sistema Bazo-Páncreas y éste se encarga de distribuirlos asistido por la energía del Pulmón, llevando el alimento a cada célula.


El Bazo distribuye la esencia de los alimentos haciéndola llegar a cada célula y también se encarga de eliminar los deshechos que se producen en las mismas.


LA DIGESTIÓN ES ARMONÍA:

◊ La energía ascendente del Bazo y descendente del Estómago deben estar en armonía para que la digestión resulte fácil. ◊ Si la energía ascendente del Bazo está en exceso en relación con la del Estómago, esto provocará: hipo, eructos, obstrucciones gástricas, digestión difícil y vómitos. ◊ Cuando la energía del Bazo es insuficiente, provocará aceleración del tránsito intestinal, digestiones inacabadas y residuos sólidos en las heces y diarreas. ◊ Se dice que cuando la energía del Bazo está en vacío, la energía de todo el cuerpo y la sangre también lo están y la persona se puede sentir profundamente cansada.


LA FORMA CORPORAL DEPENDE DEL ESTÓMAGO Y EL BAZO:

◊ El Bazo aporta humedad a todo el cuerpo y la pone a circular en los tejidos, los músculos y los espacios entre los órganos, formando la grasa corporal y humedeciendo las mucosas nasales, la vagina, el ano, la boca, el tracto digestivo, la saliva, etc. ◊ El Bazo se encarga de dar forma al cuerpo mediante las redondeces y de mantener nuestro aspecto lozano, irradiando salud. Esta lozanía se pierde cuando la humedad del Bazo se estanca o se seca.


EL BAZO Y LA SANGRE:

Gobierna la sangre y se encarga de mantener una buena calidad de sangre, eliminando los glóbulos rojos muertos o defectuosos y también de mantener la sangre en los vasos haciendo que sea más líquida o espesa.

Cuando el Bazo está en vacío, pueden aparecer hemorragias, encías sangrantes, hemorroides, o reglas abundantes.


EL BAZO Y LA ENERGÍA:

◊ Aporta su energía a los músculos y los miembros. Cuando la energía del Bazo funciona bien, la energía y la sangre llegan correctamente a los músculos. ◊ Cuando hay un vacío de la energía del Bazo, se siente una sensación de pérdida de la fuerza muscular y los miembros se vuelven pesados. ◊ La energía del Bazo, ascendente, se encarga de mantener a los órganos en su sitio, y cuando es insuficiente, se producen prolapsos (caída de órganos): de útero, riñones, vejiga, estómago.


EN EL ASPECTO MENTAL:

◊ La energía del Bazo rige el mundo de las ideas, la reflexión y la lógica, la memoria y la concentración en el estudio y el trabajo. ◊ Gobierna el humor, la claridad mental y la confianza en uno mismo. ◊ En el plano emocional, es la encarnación del espíritu en un cuerpo. Representa las primeras relaciones con la familia, el clan o la tribu, así como con la Tierra, que forman la base sobre la que se desarrolla nuestra autoconfianza y la sensación de seguridad. ◊ Cuando la energía del Bazo no funciona bien, el pensamiento se vuelve confuso y obsesivo, la persona se puede sentir insegura y desconfiada y la energía se estanca.

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