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La microbiota intestinal o "el cerebro de las emociones"

Su nombre científico es “microbiota” y desde no hace mucho tiempo se le conoce como nuestro “segundo cerebro”. También es la flora intestinal y está compuesta por bacterias y virus (y hongos, amebas y otros patógenos). De manera paradójica, algunas de las enfermedades que hoy nos asolan puede que tengan su origen en un mal estado de ella, la microbiota, que comienza a considerarse un “superórgano”.

  1. Lo primero seria explicar como funciona nuestro interior, sobre todo el que trabaja con los alimentos que le proporcionamos. El intestino delgado recibe la comida del estomago y continua la descomposición del alimento iniciada en el segundo. Las paredes absorben los nutrientes, que pasan al torrente sanguíneo y se apartan los desechos, que van al intestino grueso, donde se formas las heces.


El intestino delgado mide entre 6 y 7 metros. ¿es difícil imaginar que algo así dentro de nosotros verdad? El grueso, el segundo intestino, tiene un metro y medio aproximadamente.


Es nuestra “vida interior”. El intestino es un espacio húmedo que posee una temperatura estable, un espacio ideal para los microorganismos que lo habitan que en él se alimentan de las vitaminas, aminoácidos, ácidos grasos y azúcares que les proporcionamos a diario.

El 90% de la fauna microbiana que vive en nuestro interior compone la microbiota, que recubre las paredes y vellosidades de nuestro intestino.

Nuestra microbiota intestinal contiene 100 billones de microorganismos, incluyendo como mínimo 1.000 especies diferentes de bacterias. De hecho, la microbiota intestinal puede pesar hasta dos kilogramos.

A nadie parecía interesarle un mundo así pero desde que se ha comenzado a investigar nos vamos dando cuenta de que el alzheimer, el parkinson, la esquizofrenia o el autismo podrían tener su origen en el intestino. ¿Quién no ha sentido dolor de estómago durante una situación de gran ansiedad o nerviosismo?

Nuestra psique está principalmente controlada por el cerebro. Pero la importancia de la microbiota es tal que el 95% de la serotonina y el 50% de la dopamina se producen en el intestino delgado. Por eso los estudios recientes documentan que en parte la irritación, la ansiedad, la depresión o la llamada hiperactividad están relacionados con la salud intestinal.

Ese segundo cerebro está compuesto por capas de neuronas ubicadas en las paredes del tubo intestinal y que contiene unos 100 millones de neuronas. Ese cerebro no es un órgano de ideas o pensamientos pero sí que tiene importancia clave en las emociones y sentimientos. Así que eso de que el estómago “se cierre” en una situación estresante o que parezca poblado de mariposas ante el amor también tendría una explicación científica.

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